Alexander Escobar
Traigo los labios rotos
de besar las piedras;
los traigo como una flor
que florece en sangre;
los traigo dolidos
pero insistentes,
rebeldes como el pasto
que nace entre el asfalto
de las cárceles;
los traigo inéditos,
prohibidos y perseguidos,
conspirando siempre
alguna consigna planetaria.
Así los traigo
y a vosotros los entrego:
pintados con la sangre
que heredé del beso
de la libertad.