Nace el sueño ~ Alexander Escobar

Nace el sueño

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El nacimiento del cine sigue generando controversia. Quizá porque en su primera aparición, el 28 de diciembre de 1895, la narrativa y la técnica cinematográfica no nacieron junto a él. Sin embargo, esto es normal en un arte que –en palabras de Juan Guayara Mora[1]– nació viejo y se torna joven con el tiempo. El hecho es claro. El cine en sus inicios, mostrando una de sus facetas, aparece como invento. Y éste se perfecciona a medida que la ciencia agrega nuevas posibilidades a los equipos de filmación. Pero también es lenguaje que requiere de estética narrativa. Y a la fecha, ya son varios los directores que han dado un ritmo propio a sus películas. Y de ritmo en ritmo, de propuesta en propuesta, hemos visto cómo la narrativa es una historia estética que también rejuvenece.

Ahora bien, dependiendo de su estado teórico y técnico, las fechas difieren para proponer su nacimiento. Sin embargo, diremos que el año más acertado es el de 1895. Porque si el nacimiento del cine lo situamos de acuerdo a propósitos intelectuales, nunca bastarán los adelantos científicos y las propuestas estéticas para afirmar que ya lo hizo. Quizá suene exagerada la afirmación, pero si nos detenemos en el tema de los efectos especiales, veremos que el cine, con películas como Spiderman, presenta una estética ligada a los adelantos de la época. En otras palabras, el cine fantástico, aunque realizable en décadas anteriores, solo hasta hace poco empezó a desarrollar una estética visual sin limitaciones técnicas que la cámara y el montaje no llenaban, por más recursivo y creativo que se fuera. Pero tal vez ello no sea tan cierto. Dentro de algunas décadas es probable que los movimientos del Hombre Araña parezcan efectos bizarros que sugerirán una inmadurez técnica de los efectos especiales. Y entonces la pregunta por el nacimiento del cine volvería a plantearse para sonrojar a algunos.

Bueno, y si esto es así, ¿entonces por qué decimos que el cine nació en 1895? Sencillo. Porque su nacimiento no lo define el desarrollo científico-técnico ni la fundamentación teórica y estética que ahora conocemos –y que, para nuestro agrado, se encargan de rejuvenecerlo–. No. El nacimiento del cine no se sitúa en hallazgos posteriores a esa tarde de invierno en París cuando los hermanos Lumière nos dieron la posibilidad de soñar con él. Por eso, sin temor alguno, decimos que el cine nace el 28 de diciembre 1895. Porque lo hace como un sueño. Y a partir de ahí, todo lo demás es solo la continuidad del sueño de su público, entre los que ya figuraba el mago, y soñador de profesión, Georges Méliès.

Palmira, Octubre 14 de 2010


[1] Director del Área de Cine del Centro Cultural Comfandi 

 
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